FACTORES CLAVE PARA UNA ACCIÓN EFICAZ CONTRA LA PANDEMIA POR PARTE DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y LA CIENCIA DE LOS DATOS
Palabras clave:
Inteligencia artificial, ciencia de los datos, pandemia COVID-19, distanciamiento digital.Resumen
Ante el embate de la pandemia de COVID-19, todo el mundo puso sus ojos en la ciencia, a la espera de que proporcione resultados rápidos y eficaces. Así, la ciencia se transformó en un protagonista clave para el desarrollo de soluciones ante este conflicto que afecta al mundo entero.
Si bien los desafíos que plantea la pandemia son principalmente biomédicos, también involucran a las relaciones sociales, la economía, la educación, entre muchas otras áreas de investigación y, muy especialmente, a las tecnologías de la información y comunicación, la inteligencia artificial y la ciencia de los datos, que son vitales para el desarrollo de herramientas tecnológicas para el manejo de la crisis, por su capacidad de procesamiento de grandes volúmenes de datos, por la posibilidad de procesar a grandes velocidades y por su capacidad de ofrecer resultados y predicciones en tiempo real, de modo de poder manejar la crisis de la mejor manera posible [1].
En el último siglo, la ciencia creció de una manera nunca vista y la tecnología se hizo parte de nuestras vidas cotidianas. Sin embargo, en estos dos últimos años se vieron enfrentadas a una crisis que les plantea enormes exigencias en forma directa y crítica, como sucede con la pandemia de COVID-19.
Los principales factores, que considero clave para el enfrentamiento y, por sobre todo, para la gestión exitosa de esta situación inédita, lo aporta la propia palabra “pandemia”, que incluye el prefijo “pan”, que significa “todo”. Esto nos indica que las soluciones se deben procurar con la misma mirada de un “todo” trabajando en forma sinérgica, llevando a cabo un esfuerzo colaborativo a nivel mundial, conformando redes internacionales de cooperación de los investigadores de los distintos campos científicos.
En segundo lugar, la inteligencia artificial y la ciencia de los datos son vitales para poder procesar e interpretar los enormes volúmenes de datos que se adquieren. Incluso, para poder distinguir la información veraz y de valor de la alarmante proliferación de noticias falsas o de interpretaciones erradas, incluso mal intencionadas, de los resultados de la investigación.
También se debe contar con la infraestructura adecuada, que es clave para poder sostener un nivel adecuado de explotación de los sistemas informáticos.
Pero para que estas tecnologías puedan desarrollar todo su potencial, es menester lograr la interoperabilidad de la gestión hospitalaria, dada la fragmentación que existe en la información y que, de poder consolidarse, permitiría compartir experiencias y arribar a conclusiones y bioestadísticas de enorme valor.
Para esta interoperabilidad se deben producir y almacenar todos los datos que sean posibles, desarrollando las herramientas y técnicas que permitan gestionar eficientemente textos narrativos, imágenes, audio, etc. Y, luego, crear una interfaz de servicios para que otras entidades puedan tomar y entregar información, de modo de lograr esa red de trabajo global.
Una forma de alcanzar esta interoperabilidad consiste en la “reducción del distanciamiento digital”, que sucede cuando existe un ser humano como interfaz intermedia entre dos sistemas en lugar de permitir que los sistemas hablen directamente entre sí. La posibilidad de que diferentes sistemas puedan hablar entre sí de manera segura y confidencial abre la posibilidad de que la inteligencia artificial y la ciencia de los datos alcancen mejores resultados, ya que por lo general se requieren muchos más datos externos que propios para la obtención de resultados de valor significativo.
La velocidad en la producción, procesamiento y presentación de la información requiere minimizar este distanciamiento digital, para lo que se presentan tres desafíos: 1) maximizar los resultados correctos; 3) maximizar el cumplimiento de los GDPR (Reglamento General de Protección de Datos) que establecen los criterios para el tratamiento de los datos personales; y 3) minimizar el fraude [2].
Obviamente, la discusión permanente sobre los aspectos éticos del manejo de los datos vuelve a cobrar relevancia en este aspecto y, claramente, el aporte de los gobiernos es vital al definir estrategias de salud digital.
¿La ciencia podría haber hecho más para ayudar a paliar esta crisis? Por supuesto, siempre se puede dar más y mejor, el tener que superarnos continuamente es parte de nuestra naturaleza humana.